Arquitectura
sustentable, bioclimática, green-building, eco-viviendas, son algunos de los conceptos
que hoy en día enmarcan la forma de hacer proyecto y construcción combinando el
confort, el ahorro energético y la sostenibilidad con el medio-ambiente.
El aprovechamiento de materiales y el uso de energías renovables mantienen pequeñas diferencias y mucho en común: proponer soluciones concretas de diseño, adaptadas a factores como la ubicación del proyecto o el clima de la zona, para logar que la construcción ahorre toda la energía posible aportando mayores niveles de confort a los usuarios. Un diseño exhaustivo siguiendo criterios bioclimáticos puede lograr ahorros de hasta el 70% en el consumo de energía.
1. Diseño
del proyecto de construcción
Entre
construir una desde cero o realizar una rehabilitación, se aconseja esta
última opción pues se pueden llegar a ahorros del 60% en su desarrollo.
Los
materiales utilizados deben ser de bajo impacto medioambiental, naturales, de
origen cercano, de fácil mantenimiento, lo más estandarizados posible e
incorporando los criterios de construcción y ciclo de vida.
2.
Orientación
Las
oberturas de la casa (ventanas, rejillas…) se deben dimensionar en función de
la insolación que reciba la casa. Por ejemplo, en las fachadas sur las ventanas
deben favorecer las aportaciones de sol en invierno y tienen que contar con
protecciones para evitar los rayos solares en verano. La regla básica es
reservar las mejores orientaciones para las estancias de mayor ocupación, como
el salón o la cocina.
3.
Ventilación
Un edificio
bioclimático debe contar con ventilación cruzada a dos fachadas, idealmente
opuestas, para lograr un caudal de aire exterior suficiente para ventilar y
climatizar la construccion de forma natural.
4.
Aislamiento
Es vital
para evitar escapes de frío y calor innecesario. Para ello, la vivienda debe
contar con paredes y ventanas tratadas de acuerdo al clima de la zona.
5. Aprovechamiento del agua
Se pueden
incluir multitud de medidas para consumir agua de forma sostenible: inodoros
con cisternas de no más de 6 litros y descarga ponderada; recogida y
utilización de aguas pluviales para riego de zonas ajardinadas; o reutilización
de aguas grises procedentes de lavadora, lavavajillas, bañera o ducha, para
descarga del inodoro.
6. Buscar las energias renovables
Además de la
energía solar térmica (obligatoria para el agua caliente sanitaría) se pueden
considerar otras energías renovables como la solar fotovoltaica, la geotermia,
la eólica y la biomasa aplicada a la edificación. El objetivo final no es otro
que lograr el mayor nivel de autosuficiencia energética.
7.
Iluminación natural
La
distribución de la casa debe aprovechar al máximo la entrada de luz natural
para minimizar el uso de luz eléctrica. Si puedes, intenta que las principales
estancias de la casa sean exteriores.
8.
Preinstalación domótica
Las nuevas
tecnologías pueden ser muy útiles. La domótica aplicada a la vivienda debe ser
un gran aliado para lograr el ahorro de energía.
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